Excursión a las Ruinas de Miaccum
Últimamente la meteorología nos hace trabajar un poquito más de lo habitual... Amenazas de lluvias y mantas de agua, pero Félix, al que ya le habréis escuchado repitiendo lo mismo en ocasiones anteriores, insiste en que es cuestión de milímetros de agua y probabilidades por horas.
Confiaremos en él. Eso sí, mirad esas nubes...
Como ya es costumbre, nos reunimos en una parada de transporte público. Esta vez en la pintoresca estación de Collado Mediano. Mirad qué cuca.
Sara toma la palabra y hace una introducción a la aventura que correremos hoy. Qué nervios, nos sentimos como Indiana Jones en una de sus búsquedas... ¡Nos dirigimos hacia unas antiguas ruinas!
Vamos allá. Félix dirige la expedición, y ya en este entorno urbano nos señala marcas de brochazos de pintura blanca, roja y azul sobre muros y fachadas. ¿Qué marcas debemos seguir?
No sabía que las marcas identificasen diferentes tipos de senderos. Ahora ya sé moverme por el campo.
Cuando pisamos la tierra de sendero que tanto me gusta, Félix se detiene sobre una llamativa columna con unos números romanos grabados en su superficie pulida. Marca el inicio de nuestra aventura, y aprendemos algo nuevo sobre millas, pasos romanos y señalizaciones de hace 2000 años.
Atención, nos advierte Sara. Nuestros pasos nos conducen por una vía pecuaria ¿sabéis lo que es eso y lo que implica? Dicharachera como siempre, se planta junto a una pila de granito llena de agua cristalina y nos cuenta curiosidades sobre las ovejas y el agua. Y sobre la trashumancia...
Ya que estamos en una vía pecuaria, Félix se acerca a unas vacas que pastan tranquilamente y nos hace una exposición acerca de estos gentiles gigantes. Después de lo que nos cuenta nunca más nos pasarán desapercibidas estas maravillas de la naturaleza.
Estrategias de defensa, sus cuatro "estómagos", estudios acerca de su inteligencia... Asombroso, de verdad.
Caminamos comentando las sorpresas naturales que encierra este recorrido. ¡Y aún queda lo mejor!
Sara se adelanta y brica de alegría mientras nos señala una charca de colores espectaculares escondida entre la vegetación. Una vez más, nos va a hablar sobre las ranas. ¿Cómo lo hace para no repetirse nunca? Siempre nos desvela nuevos misterios y curiosidades.
Reímos con su graciosa exposición y decimos muchas veces "oh" con los datos tan interesantes y anécdotas que nos cuenta.
La excursión es tranquila, y los parajes son realmente hermosos.
¿Qué es eso de ahí? ¡Una representación de una calzada romana! Parada obligada ¿verdad?
Esta vez es Félix quien nos narra historias de otros tiempos, de legiones romanas, documentos antiguos, viajes épicos atravesando pasos de montañas y alguna que otra leyenda.
Por último nos cuenta detalladamente cómo se construían. Hace años Félix trabajó en proyectos de construcción de carreteras, y la tecnología de estos romanos no era muy diferente a lo que se emplea hoy en día. Sorprendente.
La senda discurre sosegada, y la alegre melodía que cantan las aguas del arroyo del Soto de los Linos nos acompaña durante el recorrido. Creo que volveré a pasear por aquí unas cuantas veces más.
¡Al fin! ¡Qué nervios! Las ruinas romanas. Escuchamos historias acerca de las mansio, las mutatio, caupona... El descubrimiento de Miaccum y sus diferentes posibles emplazamientos según las investigaciones de los arqueólogos. Muy interesante, oiga.
Félix y Sara nos indican cómo se hallaban distribuidas las habitaciones y salas de la antigua casa, y el sistema tan inteligente que empleaban para calentar las termas.
Ah, buenas gentes, ya tardaba en llegar la aventura que esperamos vivir en cada expedición.
Con la adrenalina circulando por el torrente sanguíneo, el estómago pide un poco de combustible, así que Sara se adelanta a buscar un buen lugar donde almorzar y nos hace señas cuando está satisfecha.
Unos milanos deciden hacernos compañía en nuestro descanso. Sara nos enseña a distinguirlos y nos cuenta unas cuantas cosas muy interesantes sobre estas rapaces.
Aprovechando las vistas del Valle de los Caídos, cuya cruz aparece y desaparece entre la neblina como si de una peli de terror se tratara, nos habla sobre sus medidas, las colosales estatuas a sus pies de los evangelistas y algo sobre te... tetra... ¡Tetramorfos!
¿Veis la cruz entre los árboles?
Difícil superar las vistas que dejamos atrás...
Alguien señala unas plantas que crecen a un lado del camino. Sara, ni corta ni perezosa, nos lo cuenta todo sobre el Amor del Hortelano. Y nos demuestra en vivo algunas de sus propiedades...

Una última parada para hablar de la geología de la zona y de la Sierra de Guadarrama. Carbonífero, Jurásico, Cretácico... Las plantas prehistóricas y los dinosaurios salen a correr por nuestra imaginación entre palabra y palabra.
Bueno, pues por hoy ya es suficiente. Una experiencia muy gratificante. Bellos paisajes, historia, naturaleza... Me ha encantado, repito seguro.
¡Foto de grupo!
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