Quizá el mayor obstáculo...

Quizá el mayor obstáculo al que nos enfrentamos a la hora de proponer una expedición son las cancelaciones de última hora. No es el diseño de la ruta, ni encontrar puntos de interés, ni investigar acerca de la biodiversidad o la geología del lugar… Ni siquiera estar a la última en legislación, permisos, seguros, seguridad, etc.

Efectivamente, el mayor obstáculo es la creciente falta de palabra o de compromiso (desgraciadamente, cada vez en mayor medida).

Nuestro objetivo es realizar una actividad en grupo donde la naturaleza y sus maravillas tengan un peso considerable. Pero, amigos míos, una expedición sin integrantes no es tal. Y como indico al inicio de este párrafo se trata de una actividad grupal, donde los excursionistas pueden intercambiar opiniones, socializar, comentar algo con los demás… Un punto de encuentro para amantes del senderismo y de la naturaleza.

Nuestro deseo es garantizar que, aparte de recorrer lugares hermosos y aprender sobre nuestro entorno, vas a disfrutar de la compañía de otros semejantes. Así es, el ser humano es un animalillo social, y suele gustar de compartir sus aficiones y sus asombros con otros colegas de la misma especie.

En el pasado nos ha ocurrido seguir adelante con excursiones en las que había pocas personas apuntadas, para después comprobar que sólo se presentaba una (siendo una situación violenta para ella pasar el día sólo con los guías).

Por otra parte, desplazarnos a la zona, exploración previa, preparar las paradas, itinerarios, material y la labor que hay tanto antes del evento como durante el mismo tiene un coste económico y en tiempo para nosotros. Realizamos un gran esfuerzo y trabajo para organizar grupos, paradas, preparar material, etc... Y por ello sólo pedimos un poco de respeto por nuestra labor.

Como en muchas situaciones este respeto no existe (ni poco ni mucho), a veces tenemos que lamentar la determinación de impedir que ciertos sujetos vuelvan a reservar una plaza, y es que es muy habitual que escasas horas antes del evento haya un 35% de asistentes que cancelan, o que ni siquiera se presentan sin avisar.

Imaginamos que la situación inversa no sería agradable para el que acude a una excursión en la que los guías no aparecen, y sin dar explicaciones.

No cobramos por adelantado precisamente para facilitar cancelaciones, cambios de planes e impedimentos para asistir. Eso sí, pedimos cierto margen de antelación, porque es muy incómodo notificar apresuradamente a compañeros que ya se habían organizado para acudir que finalmente no hay actividad.

A todos nos pueden surgir imprevistos en alguna ocasión. Sin embargo, cuando la actitud es recurrente, o se ha reservado un gran número de plazas (habiendo lista de espera), o no se avisa, optamos por cuidar de las personas que sí se comprometen y desean hacer una excursión con más excursionistas y evitar que se vean perjudicados por este tipo de conductas.

En algunas plataformas en las que ofertamos nuestros servicios, a veces nos sorprendemos de ver al mismo individuo apuntado a varios eventos el mismo día y a la misma hora. Al parecer, el modus operandi es ir al que se le antoja y anular (si es que lo hace) en el último minuto las plazas reservadas en el resto de actividades.

Es una lástima porque nos gusta mucho trabajar con la gente. Sin embargo es nuestro trabajo (y nuestras lentejas) y no podemos permitir que se juegue con ello. En ese sentido ya no nos tiembla el pulso a la hora de vetar a indeseables.