No pretendo convencer a nadie ni recomiendo hacer senderismo sin botas. Me gusta fortalecer los tobillos y los pies y a mí me va bien así. Vídeo 1 Vídeo 2 Cuando publicas en redes sociales o trabajas de cara al público estás expuesto a recibir críticas. La mayoría, por desgracia, malintencionadas. No creo que sea el foro adecuado para mantener un debate acerca de la biomecánica de la pisada del Homo sapiens que, dicho sea de paso, sería muy interesante; aunque para la tranquilidad de espíritu de algunos expondré algunas de mis razones para emplear huaraches o caminar descalzo. Hace cuatro años me calcé mis buenas botas y me embarqué en la aventura de recorrer el GR-11. Tuve que interrumpir mi excursión al cabo de una semana debido a ampollas que llegaban hasta el hueso y otras patologías que tras consultar con expertos me impedirían continuar con el senderismo al nivel que yo quería (metatarsalgia, degeneración progresiva de articulaciones en falanges, aparición de osteofitos...