Hacia el Puente de la Marmota
Hoy hace un día estupendo para salir al campo. La Sierra de Guadarrama ha cambiado sus habituales tonos grises y azulados por un blanco deslumbrante. Sólo en los picos, así que en la excursión de hoy no pisaremos la nieve.
Durante el trayecto en tren hacia Colmenar Viejo, contemplamos algunas cumbres sobre las que se arremolina una espiral de nubes cenicientas. Intercambiamos una mirada de preocupación, pero también vemos cómo un manto de niebla repta descendiendo por las faldas de las montañas y sonreímos mientras repetimos a la vez un antiguo refrán que nos dijo una vez un viejo montañero.
-Niebla en el valle, ¡montañero a la calle!
Ya en la estación de Colmenar Viejo, nos presentamos y revisamos que nuestros acompañantes vayan equipados para hacer frente a las exigencias meteorológicas, como las bajas temperaturas o un posible chaparrón.
Y ahora, descenderemos los peldaños metálicos de las escaleras que conducen a la antesala del recorrido que nos espera. ¿Estáis preparados?
En cuestión de minutos dejamos atrás el polígono industrial y nos internamos en una zona de colinas tapizadas de verde e interfluvios por los que serpentean las frescas aguas de la sierra. El paisaje está salpicado por afloramientos rocosos de formas redondeadas que invitan a reposar el trasero y engullir un buen bocadillo.
¡Aún no es el momento! Contemplemos la sierra en el horizonte mientras Félix nos explica su formación hablando ilusionado sobre planetas, períodos de millones de años y magma enfriado.
El milano real avisa a Félix de que se deje de aventuras y de viajes al centro de la Tierra. Es hora de ponerse en marcha. Nos saluda planeando sobre nuestras cabezas y mostrando su silueta para que ya siempre podamos identificarlo en futuras excursiones. ¡Y así impresionar a nuestros amigos!
No esperéis una foto, es un ave tímida y veloz, y nosotros unos fotógrafos lentos. Sigamos la senda mientras comentamos la jugada; de esto si tenemos imagen, y así veis lo entretenidos que van todos.
¿Y esas pequeñas charcas con forma de cuenco a ambos lados del camino? Sara nos desvela el misterio de su origen entre susurros y gesticula para que los niños guarden silencio... Shh... Las ranas están dormidas en invierno y no queremos despertarlas.
Más adelante vemos unos árboles muy curiosos. Son enebros, y Sara nos cuenta un montón de cosas sobre ellos. ¿Sabíais que la ginebra se hace a partir de estos árboles?
Y hay de dos tipos... Gracias, Sara, de ahora en adelante ya podemos diferenciar enebros machos de hembras.
Y mirad este árbol hermoso. Os diré su nombre en celta, pero no lo repitáis en alto, pues es sagrado y sólo los druidas que se reunían en torno a estos altares vivientes sabían canalizar su poderosa energía.
¿Otra vez Félix con sus historias? Pero bueno, nuestra imaginación ya viajaba a lomos de la magia y las leyendas y no nos habíamos dado cuenta. Anda, cuéntanos qué son esos frutos tan graciosos y por qué las hojas tienen esas espinas puntiagudas.
El sendero se hace más angosto y comienza a divisarse un bello paisaje. No nos detengamos ahora, Sara ha visto algo en el cielo y no puede contener la emoción. Hace aspavientos muy graciosos para que nos apresuremos en seguirla.
¡Rayos y centellas! ¡Son buitres! Y vuelan muy bajito, tanto que algunos se encogen asustados al ver su gran tamaño. Nos os preocupéis, no nos van a hacer nada. Hay un montón de ellos, y es impresionante verlos volar.
Decidnos si son buitres negros o leonados, y todos esos hábitos tan interesantes que comentabáis. Ah, ahora ya sabemos cuál es cada uno. Y ahora si tenemos foto ¿eh?
Ya que habéis sacado la cámara de la mochila, aprovechad para retratar el bello paisaje del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares y el Monte del Pardo. ¿No tenéis hambre? Es la hora del almuerzo.
Hemos elegido un lugar muy singular para que podáis disfrutar de las vistas mientras os apretáis un buen bocata.
Ese monte de la izquierda es el Alto de la Marmota. ¿Qué por qué se llama así? ¿Es que hay marmotas en la zona? Esperad que lleguemos al puente y resolveremos el enigma.
Finalmente llegamos al objetivo principal de nuestra expedición, el Puente de la Marmota. Merece la pena ¿verdad?
Asómate para cerciorarte de que no hay trolls bajo el puente. Qué bonito el río y su canción, las rocas, la vegetación... Muy interesante todo eso del simbolismo de los puentes a lo largo de los tiempos.
¿Nos contaréis de una vez la historia que se esconde tras su nombre?
Continuemos, que esto no ha acabado. Aún quedan tesoros por descubrir... Más adelante Sara ya se está arrodillando para identificar algunas hierbas medicinales y enseñarnos sus propiedades. Mirad ese escaramujo ¿sabéis para qué sirven esos frutos rojos? ¿Se llaman tapaculos? Jajaja...
Tomillo, cantueso, hinojo, jaras, romero... Cuántas plantas y qué variedad de efectos beneficiosos para la salud. Desde luego, Sara, en otros tiempos te llamarían bruja. No refunfuñes, que lo decimos por tus conocimientos.
Un alto antes de regresar al pueblo. Félix llama nuestra atención sobre unas cajas de colores situadas a una distancia prudencial del camino. ¿Son peligrosas? ¿Para qué sirven?
Pues qué curioso pensar que las frutas y las hortalizas que comemos no existirían si no fuera por la actividad de lo que allí se oculta. Y lo más importante, no se podrían endulzar de la misma forma las infusiones que prepara Sara.
No podíamos irnos sin que Sara nos haga una entretenida exposición sobre micología y nos muestre organismos que parecen extraterrestres. ¡Todos quietos! ¿que has visto un pitufo dices?
Bueno, pues ya estamos sanos y salvos en la civilización, después de una aventura plagada de sorpresas naturales. Seguid a Félix, no vayáis a extraviaros ahora.
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